PRODUCTOS NATURALES REPELENTES Y ATRAYENTES DE PERROS Y GATOS
Resulta evidente que la sociedad ha cambiado vertiginosamente sus hábitos culturales en el curso
de las últimas décadas, cambio que se refleja en casi todos los ámbitos de la actividad humana.
El abuso indiscriminado de las tecnologías digitales (internet, telefonía celular, redes sociales,
etc.) ha motorizado muchos de estos cambios en forma radical. Esto ha generado,
desafortunadamente, ansiedad, discomfort e incluso sentimientos de soledad, debido
probablemente a la ausencia de vínculos profundos entre las personas y /o la falta de tiempo para
mantenerlos. En este contexto, la relación con los animales de compañía (fundamentalmente
perros y gatos) también ha cambiado profundamente (1).
Como resultado, el número de personas que poseen perros o gatos ha crecido notablemente:
Argentina, México y Brasil presentan los mayores porcentajes de tenedores de estas mascotas,
seguidos por los EEUU y la Federación Rusa; en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, la
población de perros es de 430.000 ejemplares y de 250000 gatos, habitantes del 59% de las
viviendas (véase Díaz Videla et al. (1)). Dado que no todos los tenedores de perros y gatos viven
en viviendas con suficiente espacio abierto para el solaz de estos animales, la actividad natural
de los mismos se ve confinada dentro del área de un apartamento; esto trae como resultado que
perros y gatos invadan lugares en forma no deseada por el dueño (camas, muebles, deposiciones
en lugares “inapropiados”, etc.). El enorme número de mascotas que viven en estas condiciones
ha generado una nueva necesidad, a saber, las personas encargadas de pasear perros. Esta
actividad no sólo tiene por finalidad el paseo y la ejercitación física del animal, sino la
posibilidad de que el animal efectúe sus deposiciones fuera del hogar.
Lo habitual es que el perro orine contra el tronco de los árboles, pero al ser paseados en jauría,
también orinan sobre las fachadas de las viviendas, ya sea por imposibilidad, descuido o
indiferencia del paseador. Esto genera una suciedad indeseable en veredas y muros, debido a la
repetición multitudinaria del proceso. Si la deposición indiscriminada de orina es desagradable y
sanitariamente cuestionable, es más comprometida la situación relativa a la diseminación de la
materia fecal de las mascotas: en el año 2014 se generaban 70 ton/día de materia fecal de perros
en la Ciudad autónoma de Buenos Aires, generando un riesgo sanitario debido a la dispersión de
parásitos contenidos en el material fecal (2). Es cierto que se han presentado proyectos de ley
para la fácil disponibilidad de bolsas plásticas “biodegradables” para que el paseador recoja y
deseche el excremento (muchas veces, voluminoso) del animal (3) (4), a la vez que se ha alertado
autorizadamente sobre el peligro sanitario que este desecho fecal representa (4), pero se debe
admitir que la recolección del excremento (cuando se hace) y su descarte en una bolsa plástica es
necesariamente una práctica poco ecológica que contribuye a la contaminación ambiental con
plástico (5).
En forma individual, y no masiva, el problema puede solucionarse en forma práctica esparciendo
sobre muros exteriores y veredas una dispersión acuosa de desinfectantes fenolados (cresoles,
xilenoles, 2-fenilfenol) los cuales tienen un olor desagradable para el perro, pero es una solución
sub-óptima desde el punto de vista ecológico dado el fuerte impacto ambiental que supone el
vertido de fenoles en el ambiente. Frente a estas consecuencias y comportamientos “indeseables”
que deben ser “corregidos”, la Industria no ha permanecido indiferente, desarrollando variedad
de productos que actúan como repelentes de perros y gatos, y que pueden utilizarse en interiores
y exteriores (por ejemplo, veredas), con el fin de desalentar estos hábitos en los animales. La
mayoría de tales productos contienen en su composición sustancias naturales amargas
(generalmente de procedencia vegetal) cuyo olor y/o sabor son repelentes para los perros y gatos,
siendo olores no perceptibles para el humano cuando se emplea el producto según las
instrucciones del fabricante. A la vez, son pretendidamente inocuos en el contacto con la piel humana. Con respecto a los productos atrayentes, son mucho más habituales para su uso en gatos
que en perros: la movilidad del gato es muy superior a la del perro, pudiendo saltar o trepar a
lugares inaccesibles para este último; de aquí, la necesidad de tener al gato que vive en
apartamentos, embelezados con un objeto o juguete adecuadamente asperjado con el atrayente.
Esta monografía aspira a resumir en forma concisa los trabajos, estudios y desarrollos técnicos
realizados en los laboratorios científicos e industriales tendientes a la obtención de los principios
naturales activos utilizados en la formulación de estos productos comerciales.
Productos naturales repelentes y strayentes de perros y gatos: producción química( Victor Bautista Díaz. La edición especial – Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Victor Bautista Díaz, 2022.
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